viernes, 19 de julio de 2013

Esa Voz

“Si me da un peso le cuento un chiste”  Escuché esa voz mientras esperaba a que cambiara la luz en el semáforo del hospital Central…. ¡Heiker! Pensé…. El cipote estaba de espaldas y con la cabeza metida en la ventana del carro al lado mío.  Al darse la vuelta lo vi, en efecto, era Heiker.  Cuando salió  de la estación dos junto con los otros chavalos ilegalmente detenidos por apoyar a los ancianos del INSS,  empecé a buscar a mi hijo entre los seis muchachos que emergieron de los portones de la estación. Heiker Palacios, viendo mi angustia me anunció: “Ahí atrás viene su hijo”. Desde entonces, su voz se me ha hecho inconfundible. Esta vez, hablaba para pedir un peso para un TECHO PARA MI PAÍS. El corazón se me conmovió. A penas una semana y media atrás había pasado una noche terrible, injustamente detenido por la policía y ahí estaba otra vez, haciendo algo por su gente.
No es necesario explicar el cariño que le tengo a este ex alumno mío. En mi aula era un chavalo callado al cual me le tenía que acercar para que me dijera algo. Bromeaba con él y siempre titubeaba un poco antes de contestarme. Se aseguraba de decir lo correcto. No lo volví a ver hasta esa mañanita en la estación y luego en aquel mediodía de incandescente sol cuando un montón de chavalos se volcaron en la recolecta de TECHO.  Heiker es uno de los varios jóvenes que para suerte de Nicaragua no es indiferente a las necesidades de su pueblo. Hace lo que puede hacer dentro de sus limitaciones de chavalo y siempre que pienso en él  pienso en todos los muchachos que dejan la comodidad de sus casas, pudiendo estar con los amigos, jugando, viendo tele, entre otras cosas, para ayudar a su país. Pienso en todos ellos y por supuesto pienso en los
                                              
Dicen que son 50 chavalos, creo que son más, pero 50 deben ser los que se quedaron ahí día y noche, turnándose para estar con los ancianos. De todas maneras, esa cantidad me recuerda al “Pequeño ejército loco”  y se me viene a la cabeza aquella canción de Luis Enrique Mejía Godoy  “ ♫♫y se fue, se fue eran treinta con él…. Le decían bandolero por mirar el sol de frente….♪♫” ¿Por qué me acuerdo de esa canción cuando pienso en los OcupaInss?

Los chavalos estos no dejan de fascinarme. Estoy literalmente enamorada de ellos. Asistí al concierto en solidaridad con Eddie, el sonidista que los acompañaba y a quien le destruyeron su medio de trabajo ese fatídico 22 de junio. Embelesada viéndolos bailar la Macarena, Thriller entre otras, me dije a mi misma, Chavalos, que espíritu el que tienen, no se amilanan por nada. Ahí estaba una de las muchachas que la policía golpeó y encarceló  junto con mi hijo, Marlia. Me encantó verla contenta, al igual que me encantó ver a Ethel , @ethelso , al coreógrafo oficial de OcupaInss , a  Sol, @solhurtadoo, esa misma que grita GUCCI  pero que desde los 15 años, cuando la conocí, andaba con un rollo de solicitudes para involucrar a más jóvenes en un TECHO PARA MI PAIS…. todos tan contentos de estar ahí apoyando a Eddie.  Con esa manía que tengo de meditar en todo, me puse a pensar que bonito es ser así, como esos chavalos, llenos de vida pero sobre todo llenos de amor, solidaridad, altruismo y  ganas de contribuir a su país, que trasladan esas ganas a hechos. Para ellos el “del dicho al hecho hay mucho trecho” no existe. Son más de 50, lo sé y me siento tan feliz que sean muchos más. No queremos jóvenes apáticos, indiferentes, conformistas ni egoístas. Estos chavalos  dejan la comodidad de su casa para ayudar a su prójimo y eso me devuelve la fe en nosotros mismos. Espero seguir escuchando la voz de ustedes, esa voz convertida en hechos, en solidaridad, en amor.Si pudiera, les diría a cada uno de ustedes con un gran abrazo: Muchachos, estoy orgullosa de ustedes, ustedes son exactamente lo que Nicaragua necesita. 

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