lunes, 25 de noviembre de 2013

Educando contra la violencia

Tengo una hija de 11 años. Mi mayor temor es que llegue a enamorarse y a emparejarse con  una persona violenta. Entonces dedico mis días enseñándole a no aceptar conductas violentas. Cada vez que su papá la regaña sigo con cuidado cada palabra. No quiero que se acostumbre a las palabras rudas de un hombre. Si pienso que su papá se está pasando, hablo con él y le digo “acordate que no quiero que crea que es normal que un hombre le hable pesado…”  
Su hermano mayor nunca le grita, nunca le ha pegado, nunca le ha dicho ninguna palabra grosera. Es la forma que las cosas se manejan en mi casa.

Cuando la conducta de mi hija se pasa de los límites, respiro profundo. Pienso que mi madre ya hubiera agarrado la faja y me hubiera puesto en mi lugar con un par de fajazos bien dados, pero yo creo en la no violencia, creo en que debo acostumbrarla a resolver las cosas sin recurrir a la fuerza.  Bajo la voz. La miro a los ojos, le hago preguntas. Por muy desesperada que esté, guardo la calma, no le grito. Todo lo hago para que ella aprenda que la violencia sea de palabra o de hecho, no es el camino.

Mis dos hijos nunca han visto violencia doméstica o intrafamiliar de ningún tipo. No nos gritamos, no tiramos cosas, no nos ofendemos. Difícil criar hijos de esta manera cuando todo tu entorno es violento.  ¿Cómo hacés para que se defiendan sin usar violencia? ¿Cómo los protegés del “bullying” ¿Cómo hacés para que no acepten la violencia bajo ninguna de sus formas? ¿Cómo hacés para que ellos mismos no usen la violencia de palabra o acción? 

Tratás de educarlos en una cultura de paz. No es fácil. De hecho es una de las cosas más difíciles a las que te podés enfrentar como madre o padre, pero tratás de hacerlo. Educar, enseñar, inculcar valores a las nuevas generaciones, es lo que se puede hacer para que se elimine la violencia no sólo a las mujeres si no la violencia contra todo aquel que la sufre. Hoy especialmente, quiero escribir a favor de las mujeres y niñas violentadas.

BASTA YA DE GOLPES
BASTA YA DE AMENAZAS 
BASTA YA DE PALABRAS OFENSIVAS 
BASTA YA DE GRITOS 
BASTA YA DE CHANTAJES EMOCIONALES O ECONÓMICOS 
BASTA YA DE ACOSO SEXUAL

¡BASTA YA! 


¡NO MAS VIOLENCIA CONTRA LA MUJER!





lunes, 11 de noviembre de 2013

Y si te hieren

El día que hieran tu tierra, mi Nicaragua querida,
lloraré tu desgracia, mi desgracia
de no tener quien te ame...
quien defienda tu honor
mancillada,
abusada,
vendida al mejor postor.


El dia que el hierro extranjero desgarre tus entrañas
mi alma se hará jirones
en grito de parto con hijo muerto
Ay Nicaragua, Nicaragüita


¡Qué diera yo para que mis lágrimas
fueran aguas limpias y puras que repongan el mal que te hacen!
Observaré tu amancillamiento 

con la impotencia del niño que ve a su madre golpeada
azotada
atropellada
y llora con el corazón explotando en mil pedazos
amando a su madre con cada uno de ellos


El día que la máquina destructora
desgarre tu vientre para volverte estéril y seca
me secaré con vos. 

Mi sangre indígena
reclamará tus bosques
tus aguas, tu flora y tu fauna
y no sabré que responderle


El día que el tractor maligno
te parta en dos
partirá mi corazón
desvanecerá mi fuerza
y lentamente la pena moral
me llevará con vos.


Creative Commons License
Y si te hieren by Regina Vargas is licensed under a Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivs 3.0 Unported License.

sábado, 9 de noviembre de 2013

¿Discapacitados? ¿Dónde?

Recientemente tuve una fractura en mi tobillo, en el maléolo posterior para ser exactos. Un hueso que ni sabía que existía hasta que me vi imposibilitada para caminar.  Yeso por un mes, recuperación por tres semanas más sin poder apoyar el pie en lo absoluto.
No es necesario describir lo terrible que fue para mí saber que no podría caminar por casi dos meses. Acostumbrada a ir y venir todo el día, a tener una vida muy activa, estar encerrada en casa era simplemente desastroso. 
Por asuntos de que en este país algunas gestiones tienen que realizarse de manera personal y como no podía paralizar mi vida totalmente, alquilé una silla de ruedas para poder movilizarme los días que tuviera que realizar dichas gestiones.  Ahí fue donde me percaté de lo terriblemente inconsciente que es la ciudad, por no decir el país, con las personas discapacitadas. Debo confesar con mucha vergüenza, que nunca lo pensé antes. Tuve que estar en esa situación para entenderlo.
Se celebra cada 3 de diciembre.
Comenzaré con el transporte público.  No tengo ni la más mínima idea como una persona que anda en silla de ruedas usaría los buses en este país. Simplemente, no hay condiciones. 
¿Qué pasa si esta persona no tiene un vehículo que lo transporte? ¿Si no tiene dinero para pagar el taxi? Ahora si noto a las personas empujando sus sillas de ruedas en media calle, con el sol o con la lluvia inclemente…. Me pregunto cuánta distancia recorrerán a punta de brazos…
Llego al banco. Irónicamente, a pesar de tener un rótulo del cual se interpreta que las personas en silla de ruedas tienen prioridad, no hay rampas para tales sillas. El espacio es ridículamente pequeño y no hay forma que una silla de ruedas pueda pasar entre tantas filas, la caja destinada para estas situaciones es siempre la última, se tiene que pasar todo el banco para llegar a ellas.

Recorro la ciudad en carro. A cada lugar que llego veo la posibilidad de entrar con la silla de ruedas. Muy pocos lugares tienen rampas o entradas accesibles. Muchas veces, donde hay rampas, éstas son tan pequeñas que se requiere de mucha destreza para hacer pasar las ruedas completas y no caer con todo y silla.  Me siento frustrada. Tengo todas mis capacidades mentales, puedo hacer trabajo académico, aun puedo enseñar, puedo escribir en mi computadora, puedo usar la tecnología para dar mis clases, pero no puedo acceder al aula por mi cuenta porque las condiciones no me lo permiten. Pienso ¿y si me pasara algo y tuviera que quedarme en una silla toda la vida? ¿Cuántas personas habrá en nuestro país que pudieran ser extremadamente productivas pero no lo son porque las instituciones, la ciudad entera no está preparada, no se diseña, ni se construye, ni se piensa en este tipo de personas. ¡Cuánto nos hace falta para el verdadero progreso! Cuanto nos hace falta para ser una sociedad inclusiva, integradora y que piense en proveer a todos sus ciudadanos las mismas oportunidades, especialmente a los discapacitados, los que están en sillas de ruedas, no videntes, sordos y  demás… y si, tuve que fracturarme el tobillo para meditar respecto a ello…. Shame on me! 

El cómo y el por qué estoy en Twittter



"Mi mamá abrió Facebook".... O peor aun:  "Mi mamá  abrió Twitter!" Son exclamaciones de susto que leo muchas veces en las redes. Siempre me da risa. Entiendo que la juventud no quiera que sus padres invadan sus espacios. Sin embargo, ése no ha sido el caso entre mi hijo y yo. Él me enseñó Facebook  y después de un tiempo, me convenció de abrir una cuenta en Twitter. “Ay hijo, Twitter me aburre, no le encuentro mucho sentido”  recuerdo haberle dicho. Mientras él insistía que era una red social muy útil y entretenida. Abrí  la cuenta y empecé a seguirlo sólo a él.
Siguiendo sus conversaciones, empecé a conocer (sólo por usuario) a sus amigos. Muchas veces me divertía tanto con las ocurrencias de todos pero era siempre una lectora, no me gustaba interactuar con nadie. De vez en cuando, hacía algún comentario y como tenía mis tuits protegidos, mi hijo se reía y me decía “madre, usted sabe que nadie la lee, ¿verdad?  A mí no me interesaba que me leyeran, sólo lo hacía para interactuar con mi hijo, nada más.

Y ocurrió lo de OcupaInss. Saben ya lo que pasó. En esos momentos de desesperación, sin saber qué hacer o a quien llamar, entré a mi cuenta de Twitter, buscando amigos de mi hijo y ahí encontré tuits como los siguientes:

“Avisen a la mamá del ogro”

“¿Quién conoce a la mamá del ogro?”

“Alguien contacte a la mamá del ogro”


Entre otros muchos mensajes de apoyo, de solidaridad, de cariño hacia mi hijo.  Fue tan interesante a la vez de conmovedor, leer a tanta gente preocupada por él. Quiénes me identificaron en Twitter empezaron a seguirme.  Después de todo lo ocurrido, quise agradecer y compartir más de  cerca con esa gente maravillosa que había estado conmigo en un momento tan difícil como ese. Quise saber quiénes eran ellos, qué hacían y estar ahí para ellos en cualquier situación que me necesitaran. Así es como empecé a interactuar con esos primeros seguidores que estuvieron conmigo en mi angustia. Acá también he encontrado a personas que estuvieron con nosotros no sólo por medio de esta red social sino que se acercaron, llegaron a visitarnos y estuvieron en carne y hueso con nosotros y que por supuesto agradezco también. Quiero dedicarles esta entrada, darles las gracias nuevamente por todo ese apoyo que nos brindaron y decirles que ustedes son la razón por la cual interactúo en Twitter. He encontrado gente simplemente bella, otros no tanto, pero la gente linda anula y opaca todo lo demás negativo… y aunque ahora uso Twitter como entretenimiento, nunca voy a olvidar que un día encontré mucho apoyo, mucha solidaridad y mucho amor en el momento más terrible de mi vida hasta hoy y sólo quiero decir:

Contribuyentes